Las ruinas de Machu Pichu en Perú

MACHU PICCHU
MACHU PICCHU

Quizá Machu Pichu no sería lo que es sino fuera por la ubicación perfecta en la que está. La ciudadela escondida entre las montañas del Perú nos hemos sorprendido ante la hazaña de la civilización Inca al diseñar una ciudadela en la cima de una montaña en una época en la que no existía tecnología o maquinaria alguna. Tal es así que es considerada como una de las grandes obras maestras de la arquitectura y la ingeniería.

Descubierta en 1911 por el explorador norteamericano Hiram Bingham la ciudadela sagrada de Machu Pichu es el relato más trascendental de la cultura Inca, un sitio arqueológico que se esconde en el corazón de la Cordillera de los Andes y deja entrever las características y la forma de vida de este pueblo. Construida durante el siglo XV en honor a Pachakuteq, el fundador del primer emperador inca, los investigadores creen que el lugar fue utilizado como santuario religioso aunque también pudo haber sido la residencia del líder descartando otras opciones como la de una ciudadela con carácter militar.

Lo cierto es que lo que sí dejan entrever las ruinas que sobrevivieron en el tiempo es que Machu Pichu era un lugar sagrado en donde además se practicaban distintos ritos y la ciencia estaba a la orden del día. La ciudad se encuentra en desnivel y así es como entre los restos, nos encontramos con la parte baja, donde se ubicaban las casas y talleres y la parte alta, con sus santuarios, su residencia real, el Templo del Sol, en donde se realizaban ceremonias relacionadas con el solsticio; o el Intihuatana, un monumento que, se estima, era un altar, un reloj solar o un observatorio astronómico. También se distingue la Roca Sagrada, una gran roca plana en donde algunos historiadores aseguran que se practicaban sangrientos ritos.

La mejor vista de la ciudadela se obtiene desde el Wayna Pichu, una montaña con terrazas construidas por los Incas que ofrece una vista panorámica de las ruinas.

Para llegar a Machu Pichu hay que caminar cerca de cuatro días por el llamado “Camino del Inca”, un angosto sendero diseñado entre las montañas que lleva hasta este sitio arqueológico pasando antes por numerosos monumentos Incas. Otra opción es tomar un tren en Cuzco que os llevará hasta el pueblo de Aguas Calientes, a sólo unos minutos de la ciudad de piedra.

Fuente: GAD